El Soldadito de Plomo accesible

Una investigadora de la Universidad de Granada ha diseñado un cuento accesible dirigido a personas con discapacidad intelectual que les permite leer una historia aunque no sepan leer, al estar desarrollado con un lenguaje gráfico basado en imágenes ilustradas como único hilo narrativo.

La autora de esta obra es Clara Luna Rodríguez, ilustradora e investigadora del departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Granada, que defiende la necesidad de realizar dibujos accesibles que permitan entender las historias a personas sin un buen sistema de 'lectoescritura', que son aquellos con discapacidad intelectual, personas con problemas de comunicación, inmigrantes o mayores con algún tipo de demencia.

Según ha informado hoy la Universidad de Granada, la investigadora ha creado un nuevo lenguaje gráfico que no necesita de texto escrito ni pictográfico para su interpretación, donde los dibujos se muestran y exponen de manera "muy cuidada y simple", tanto en su composición individual como en la secuencia entre los mismos, lo que hace que se convierta en un medio de comunicación que no necesite de un gran adiestramiento para su comprensión.

La ilustradora ha materializado también su investigación en un cuento accesible, "El soldadito de plomo", donde aplicó este lenguaje gráfico diseñado por ella misma e involucró a grupos de personas con discapacidad que la guiaron y aconsejaron en el buen funcionamiento de los dibujos que iba creando, además de contar con la ayuda de profesionales en el ámbito de la discapacidad intelectual y el ámbito editorial relacionado con ella.

"Podríamos decir que la imagen o imágenes resultantes de este estudio no son puramente ilustraciones, o puramente cómic, sino un lenguaje paralelo que aúna todas estas disciplinas en mayor o menor medida valorando las exigencias que las propias personas con discapacidad consideraron necesarias para la mejor comprensión del contenido del cuento", señala la investigadora.

Entre las pautas que la recomienda para hacer dibujos accesibles, destacan seleccionar historias lineales o circulares, sin saltos en el tiempo ni en el espacio, así como sin historias paralelas que permitan un seguimiento de la historia sencillo y fácil de descifrar.

También contar la historia sólo a través de ilustraciones, no sobreestimular, utilizar un lenguaje gráfico simple y directo o expresar una sola idea con cada ilustración.

En su investigación, Clara Luna probó su cuento en 97 personas de entre 6 y 66 años con diversidad intelectual y capacidades muy diferentes, además de en 49 niños sin diversidad intelectual de 4 y 5 años.

El trabajo con cada una de las personas participantes se realizó de manera individual, y se emplearon unos 15 minutos con cada uno de ellos, tiempo en el que cada lector se enfrentó al cuento de manera autónoma.

Los resultados demostraron que el lenguaje gráfico creado por la investigadora fue capaz de adaptarse y ajustarse a las capacidades y características propias de personas diferentes en edad y cognición.

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